La elección de un candidato único en la oposición es urgente
y fundamental. Cuanto antes se identifique al candidato presidencial, será
mucho mejor para aumentar las probabilidades de éxito en las urnas. En el
contexto nacional, es vital considerar un proceso “inclusivo, transparente y
participativo” para legitimar al aspirante elegido democráticamente. Algunas
estrategias podrían incluir las siguientes metodologías.
La realización de “elecciones primarias abiertas”
mediante votación popular. Las ventajas de este método son la legitimidad profundamente
democrática, ya que la base electoral participa directamente, así como una
intensa movilización ciudadana, lo que fortalece el apoyo a un candidato único.
Entre las desventajas, se encuentran los costos organizativos y logísticos que
son bastante elevados. Asimismo, existiría también la posibilidad de
interferencia por parte de grupos externos. Este método implica pugnas y un
desgaste que es necesario controlar.
Otra forma de elección radica en la implementación de
diferentes tecnologías de comunicación. Se podría utilizar una “aplicación
móvil o plataforma digital” para realizar las votaciones. Esto reduciría los costos
y permitiría una mayor participación, especialmente de aquellos jóvenes y
ciudadanos bolivianos que viven en el extranjero. La aplicación debe
garantizar, sobre todo, “seguridad” (por ejemplo, el uso de blockchain y
cifrado de datos). La ventaja de este instrumento consiste en el “acceso
equitativo” y la compatibilidad con dispositivos básicos. Sin embargo, es muy
importante la realización de auditorías externas para evitar fraudes.
Es posible utilizar “encuestas abiertas” con empresas
especializadas. La realización de encuestas nacionales mediante el uso de
muestras rigurosas y representativas para identificar al candidato con mayor
apoyo, reúne un conjunto de instrumentos que garantizan un menor costo y tiempo,
en comparación con las elecciones primarias. Las desventajas, básicamente, se encuentran
en lo que podría percibirse como un método menos inclusivo porque será virtual
y fuertemente tecnológico, pero todo dependerá de la transparencia del proceso.
Por otra parte, el bloque de oposición podría ejecutar
una “convención de líderes y partidos de oposición”. En este caso, los líderes
de cada partido o movimiento de la coalición, tendrían que tener la suficiente
capacidad para negociar y seleccionar al candidato, sobre la base de consensos
duraderos, que expresen una verdadera vocación por el poder: ir hasta el final,
unidos y con la decisión de pelear cada milímetro de espacio para defenestrar
al Movimiento Al Socialismo (MAS). Entre las ventajas, este proceso es más
rápido y económico, además de promover el establecimiento de compromisos
políticos claros entre los aliados. Las desventajas son, por ejemplo, menor
participación ciudadana y el riesgo de conflictos internos, si no se logra un “consenso
transparente”.
Otra metodología implica la utilización de un “sistema
mixto”. En una primera fase, se podrían llevar a cabo encuestas para
identificar a los principales candidatos viables. En una segunda etapa, se deberían
ejecutar “elecciones primarias cerradas”, con una votación solo entre los
afiliados de los partidos de la coalición, o elecciones abiertas, con la
participación de todos los ciudadanos interesados.
El bloque de oposición debe identificar el mejor método,
como máximo hasta mediados del mes de febrero, puesto que el factor central
para la victoria, debería ser el compromiso previo de los partidos; es decir, aceptar
los resultados de cualquier metodología seleccionada, evitando divisiones.
Asimismo, el financiamiento tiene que ser honesto y ético
para evitar suspicacias. El componente clave es la “transparencia”, por medio
de una comunicación constante con la ciudadanía sobre cada etapa del método a
seguir. Yo me inclino por una “aplicación (app)” para votar primarias porque puede
ser una herramienta innovadora y útil, pero es esencial garantizar su
seguridad, accesibilidad y respaldo de todas las fuerzas involucradas, con el
propósito de evitar que el proceso sea cuestionado.
Finalmente, los personajes distorsionantes en este
esfuerzo, claramente, son: Branko Marinkovic, quien por ignorancia ataca la
unidad inicial del bloque de oposición; sin embargo, esto se puede solucionar
con una negociación sagaz para convencerlo de un apoyo que es, a todas luces,
lo mejor para derrotar al MAS. La segunda distorsión recae en Manfred
Reyesvilla, cuya estrategia se sustenta en la rapacería. A este factor hay que
derrotarlo también en las urnas, pues un pillo es capaz de restar mucho, antes
que contribuir a la unidad.
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