PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE FACULTADES DE HUMANIDADES, CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS. MEMORIAS DE UN EVENTO DE ALTO IMPACTO



Esta es la introducción que escribí para las memorias del Primer Congreso Internacional de Humanidades, Ciencias de la Educación, Derecho y Ciencias Políticas. Aunque después tuve que ceder el espacio para que firmen la introducción otras personas por razones de autoridad institucional, debo decir que suscribo cada una de las ideas que se expresan aquí y me pertenecen. De hecho, yo fui el artífice de toda la organización temática, logística y estratégica del congreso. Fue un reto que lo supe asumir con eficiencia. Para mí, el sueño de la realización de este evento nació como parte de una proyección internacional que la decanatura y vice-decanatura de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE) de la UMSA imaginaron en diciembre de 2015. Todas las gestiones empezaron a diseñarse de forma cuidadosa y, sobre todo, con un enfoque plural y abierto. En el fondo, la misión que siempre guió todos los esfuerzos fue contribuir a elevar el nivel académico de la Facultad de Humanidades, así como ofrecer a los docentes y estudiantes un aliciente que permita internacionalizar la educación superior. Mis aportes fueron claros y los llevé adelante en medio de muchos conflictos pues el celo profesional y la ineficiencia obstaculizaron algunos tramos del camino recorrido.

Las ocho carreras de la Facultad de Humanidades: Ciencias de la Educación, Lingüística e Idiomas, Psicología, Turismo, Bibliotecología y Ciencias de la Información, Filosofía, Literatura e Historia reconocieron que el congreso celebrado del 12 al 14 de septiembre de 2016 logró que la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) se conecte con otras universidades y centros de investigación de diferentes países del mundo. Esto enriqueció teórica y metodológicamente todas las temáticas de la agenda planificada para las diferentes mesas de trabajo y abrió nuevos temas de investigación para todas las unidades académicas, junto con posibilidades de establecer redes de investigación en el ámbito latinoamericano y mundial.

La realización del congreso fue oportuna en un contexto de crisis de las Humanidades. En muchas situaciones, las Humanidades tuvieron algunos obstáculos para prosperar, frente al avance de las ciencias duras y la priorización del crecimiento económico. Sin embargo, el congreso logró el éxito esperado gracias a la notable participación estudiantil. Los tres días del evento contaron con la colaboración de profesionales de alto nivel en el campo de las Humanidades y las Ciencias Sociales. Además de las mesas de trabajo donde se discutieron las ponencias, el congreso articuló a una oferta diversificada de actividades como talleres, coloquios, feria de materiales y actos de homenaje.

Las memorias, que en algún momento se presentarán al gran público, tienen el propósito de convertirse en un testimonio vivo y categórico sobre los aspectos positivos del congreso. Para esto escribí esta introducción. Como toda obra humana, junto con el cumplimiento de los objetivos, surgieron problemas organizacionales, logísticos y materiales, pero no se opacó el impacto final del congreso. En consecuencia, los resultados alcanzados en el congreso no podrían ser evaluados sin la correlación con los objetivos establecidos que se convirtieron en el marco de referencia para orientar todas las actividades. El congreso cumplió en un cien por ciento con sus objetivos.

El congreso logró reflexionar los problemas contemporáneos que afectan a Bolivia, América Latina, las Américas y el mundo desde horizontes teóricos flexibles y adaptados a un abordaje multidisciplinario, reimpulsando las Humanidades como núcleos de pensamiento crítico y generación de nuevas alternativas de construcción científica. Las treinta y cinco ponencias presentadas por los académicos internacionales invitados, junto con ocho ponencias de los invitados nacionales y un total de noventa y cuatro ponencias que representaron a dieciséis países, fueron distribuidas en diez mesas de trabajo, permitiendo generar una visión multidisciplinaria. También se articularon redes para la reflexión y el análisis interdisciplinario, lográndose combatir el peligro de la deshumanización en una época donde predomina la tecnología.

Todas las exposiciones manifestaron planteamientos que estuvieron a la altura de los problemas contemporáneos. El congreso involucró a instituciones de diverso tipo en las iniciativas y políticas institucionales de la FHCE, lo cual dio como resultado destacable el hecho de tener un espacio de fortalecimiento, discusión y posicionamiento nacional e internacional para las Ciencias Humanas.

Asimismo, el congreso impulsó una discusión académica, política y cultural sobre el nuevo papel de las Humanidades como baluarte crítico frente a la tecnologización impersonal y mercantilizada de los conocimientos en el siglo XXI. La identificación del nuevo papel de las Humanidades solamente podrá observarse en el mediano y largo plazo, debido a la necesidad de tener más tiempo para evaluar los impactos transformadores del congreso, tomando en cuenta que esto depende de los aportes científicos en cada carrera y de la preservación de un ambiente académico que fortalezca las Humanidades, más allá de la UMSA.

El evento estimuló un tipo de investigación que dio oportunidad al pensamiento utópico. Sin embargo, faltó tiempo para llevar a cabo un debate ideológico-epistemológico que tenga implicaciones filosóficas en todas las mesas de trabajo. En general, las mesas se concentraron en los aportes presentados por diferentes ponentes, que no necesariamente interactuaron para presentar desafíos de orden epistemológico más profundo, con el fin de encontrar puntos de análisis sobre el pensamiento utópico.

En varias mesas de trabajo se analizaron los efectos que la globalización genera en Bolivia, de tal manera que el congreso produjo conocimientos humanísticos, a la luz de la influencia que proviene de las relaciones internacionales e influjos desde América Latina y el mundo. La diversidad de enfoques teóricos y diferentes visiones universitarias congregó a dieciséis países, de manera que las ponencias abordaron temáticas trans-disciplinarias que facilitaron el análisis de la globalización y sus posibles impactos en distintos países.

Al mismo tiempo, el evento abrió un terreno de constante auto-reflexión, auto-crítica y evaluación, facilitando comprender de qué manera se puede mejorar la enseñanza universitaria. Las ambiciones académicas de la FHCE estimularon la investigación en todas las carreras, con el fin de presentar ponencias para el congreso. Así surgieron varios aportes autocríticos que exigían la renovación curricular, teórica, pedagógica y política en la enseñanza universitaria, tanto de la UMSA como en América Latina. El congreso inauguró y promovió un inédito espacio de interdisciplinariedad.

También es necesario reconocer que existieron algunos aspectos negativos. El congreso tuvo que realizarse en el Campo Ferial Chuquiago Marka porque la UMSA no cuenta con centros de convenciones e infraestructura para cobijar actividades de gran magnitud. En términos organizacionales, hubo problemas de coordinación en la realización de eventos simultáneos como talleres, presentación de libros, conferencias magistrales y otras actividades que requerían mutua cooperación para integrar a las carreras y las mesas de trabajo.

El congreso dio la impresión de que fue tan grande, que trató de abarcar demasiadas actividades. Sin embargo, esto también mostró que las Humanidades están sedientas de reflexionar desde todos los ámbitos: políticos, ideológicos, epistemológicos, culturales, lingüísticos, artísticos, económicos, sociales, antropológicos, internacionales, informacionales, tecnológicos y, cómo no, psicoanalíticos.

La previsión inicial de inscritos fue un total de mil personas, número que fue rebasado, hasta llegar a mil seiscientos participantes. De cualquier forma, el congreso nos hizo soñar y alcanzó una serie de resultados sumamente importantes, cuyos impactos marcarán el desarrollo de diferentes acciones en la UMSA, la FHCE y otros desafíos académicos.

Los posibles impactos podrían sintetizarse en torno a lo siguiente. Por ejemplo, la FHCE posicionó teórica e ideológicamente a las Ciencias Humanas, al derecho a la vida, y a la defensa de los derechos humanos. Se demostró ante la comunidad universitaria y la ciudad de La Paz, que la FHCE fue capaz de llevar adelante un congreso de alta calidad internacional.

Por otra parte, se logró construir una red internacional de referentes académicos entre los dieciséis países asistentes, contribuyéndose al potenciamiento de las políticas de internacionalización. Todas las discusiones y ponencias plantearon las bases para internacionalizar el currículo de las ocho carreras.

Se revalorizó una discusión académica sobre cómo mejorar la formación en las Ciencias Humanas para el siglo XXI. El congreso permitió que los estudiantes y docentes de la UMSA trabajen en un congreso con académicos de gran altura internacional. De otro modo, hubiera sido más costoso y difícil acceder a este tipo de eventos, si los estudiantes y docentes hubieran tenido que ir a congresos en otros países.

El congreso representó un beneficio sin costo alguno para las ocho carreras, permitiendo la realización de actividades científico-académicas con expositores extranjeros que pueden seguir contribuyendo en cualquier momento para mejorar la formación en todas las carreras. Dependerá de éstas seguir aprovechando las redes y contactos internacionales que comenzaron en el congreso, como lo hizo la Carrera de Bibliotecología y Ciencias de la Información con la organización de su primer programa de maestría.

La FHCE tuvo éxito en organizar y ejecutar una primera experiencia positiva en Bolivia para fortalecer las Humanidades porque en los últimos diez años no se había organizado un mega-congreso, con un número de ponencias y participantes bastante multidisciplinario. La Facultad tuvo la capacidad convocar por sí sola a varios académicos de renombre internacional e investigadores nacionales. Así se estimuló el mejoramiento de la calidad académica docente y estudiantil por medio de la presentación de trabajos inéditos.

Desde el punto de vista organizacional y financiero, el congreso logró auto sostenibilidad financiera, tomando en cuenta un evento de gran magnitud como el que se ejecutó. El trabajo de las diez mesas facilitó un intenso intercambio de opiniones y posiciones entre los ponentes, participantes y universidades que tuvieron representación en el evento. La FHCE logró la integración de profesionales de alto nivel nacional e internacional en áreas y líneas de investigación que, por el momento, no están presentes en los currículums de la universidad.

Las discusiones de cada mesa motivaron la realización de futuros congresos, por carreras y entre estudiantes. Durante la planificación, el Decanato de la FHCE impulsó la autogestión e iniciativas por carrera, a partir de la formación de comisiones que diseñaron la agenda del congreso y la realización de talleres que constituyeron el contenido específico a lo largo de todo el evento. Cada carrera eligió a sus referentes académicos nacionales e internacionales.

El congreso, reconoció el aporte de siete directores de carrera de la FHCE, y de los centros de estudiantes de Ciencias de la Educación, Filosofía e Historia, quienes fomentaron la participación de sus compañeros con el financiamiento de becas para los estudiantes. En el ámbito logístico, se logró la participación de todas las unidades facultativas y del personal administrativo para facilitar orden y control en el congreso.

Todos los expositores internacionales y representantes de los dieciséis países participantes, reconocieron públicamente el alto nivel académico del evento, agradeciendo la invitación y comprometiendo su ayuda para impulsar la realización del Segundo Congreso en la Universidad Do Vale, Do Rio Dos Sinos, (UNISINOS), Brasil 2018. El congreso también posibilitó la participación de personas con discapacidad, reduciendo las tarifas con carácter promocional para fomentar el máximo de inscripciones.

La FHCE gozó de notoriedad social y pública durante la realización del congreso. La gestión organizacional de la Facultad de Humanidades logró el apoyo de la administración central de la UMSA, lo cual permitió que la planificación del evento tenga una mayor efectividad. El decanato y vicedecanato fueron efectivos para conseguir auspiciadores y gestionar el co-financiamiento de los gastos. Fue la primera vez que la FHCE logró un apoyo muy importante de las Embajadas de Chile, Francia, Estados Unidos, el Consulado de Chile y de la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Los resultados finales colocan las bases para formular posteriormente, diferentes políticas de internacionalización de la FHCE. La experiencia del congreso también se reflejará positivamente en la realización futura del Congreso Interno de la Facultad de Humanidades, previsiblemente para el mes de mayo de 2017.

Por último, el congreso sentó las bases para que, hacia el futuro, tanto la FHCE como el desarrollo de las Humanidades puedan asumir importantes retos como dar continuidad a un espacio de fortalecimiento, discusión y posicionamiento nacional e internacional de las Ciencias Humanas, por medio de políticas de reforma universitaria que la FHCE podría llevar adelante.

Es vital que la UMSA siga apoyando e impulsando la realización del II congreso de Humanidades en UNISINOS-Brasil. La estrategia de relaciones internacionales de la FHCE con las embajadas y la Corporación Andina de Fomento (CAF) tiene que fortalecerse de manera institucionalizada. Sólo de esta manera se podrían realizar convenios internacionales para llevar adelante una serie de intercambios docentes y estudiantiles en materia de estudios de pre y post grado. El impulso de convenios para ejecutar investigaciones y organizar programas de postgrado, podría materializar titulaciones conjuntas con las universidades que participaron en el congreso. Así, también es fundamental dar continuidad al fortalecimiento de relaciones institucionales con el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, con el fin de posicionar el conocimiento humanístico en La Paz, realizando publicaciones conjuntas e influyendo en el desarrollo de diversas políticas culturales.

Espero que la UMSA y la Facultad de Humanidades realmente se hayan iluminado con los resultados del congreso. Fue mi humilde aporte y lo hice con el máximo de eficacia y responsabilidad. Estoy orgulloso de sus resultados, con la mirada puesta en la búsqueda de un mundo más humano.


El libro con las memorias del congreso puede encontrarse en:
https://www.academia.edu/35148946/MEMORIAS_DEL_CONGRESO_DE_HUMANIDADES.pdf

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