Hans Morgenthau (Alemania, 1904-1980) fue uno de los realistas más importantes del siglo XX y es considerado como uno de los fundadores de la perspectiva realista en las relaciones internacionales. El realismo es una mirada descarnada, homogénea y bastante impregnada por un supuesto derecho de los más fuertes para dominar. Sin embargo, Morgenthau solamente prosiguió con las orientaciones políticas que hunden sus raíces en la antigüedad clásica, dos milenios antes de que la teoría de las relaciones internacionales fuera una disciplina independiente.
En todo caso, Morgenthau discutió con el idealismo,
visión que tuvo muchos seguidores en los años posteriores a la Primera Guerra
Mundial. El “interés nacional” es uno de los conceptos fundamentales en el
pensamiento de Morgenthau. Para el realismo existen algunos principios básicos.
En primer lugar, cree que la sociedad en general y la política son gobernadas
por leyes objetivas sustentadas en la naturaleza humana. Si uno quisiera
mejorar la sociedad, habría que conocer dichas leyes sin importar nuestras
preferencias.
Por lo tanto, el punto fundamental se concentra en
el concepto de interés. El realismo asume que éste es definido como poder. Todo
poder debería ser también una categoría objetiva y universalmente válida.
Aunque el contenido específico del interés no es fijo ni permanente, el
concepto mismo es la esencia de la política y no lo afectan las circunstancias
de tiempo o espacio.
El realismo político está consciente del
significado moral de la acción política pero, simultáneamente, introduce una
tensión constante entre el mandato moral y los requerimientos propios de la acción
política efectiva. Los realistas se rehúsan a identificar las aspiraciones
morales de una nación con leyes morales que rijan al universo. Lo predominante
es el mantenimiento de la autonomía de lo político porque así se preserva mejor
el objetivo principal que es el ejercicio y el mantenimiento del poder como el
mecanismo más adecuado para defender los intereses nacionales.
En segundo lugar, el interés nacional para
Morgenthau tiene dos elementos básicos: a) la supervivencia del Estado, lo cual
significa preservar la integridad territorial, la soberanía, la integridad
cultural y la identidad colectiva nacional;
b) el contenido específico de estos conceptos varía con las cambiantes
circunstancias históricas por las que atraviesan los Estados. Además, existe
cierta clase de interés o intereses que también cambian con el transcurrir del
tiempo.
El concepto de interés nacional conduce a una
justificación del imperialismo y a un tipo de nacionalismo que puede
transformarse en fanatismo. Si bien existe tal peligro, decía Morgenthau, la
idea de interés es realmente la esencia de toda acción política y como tal, no
la afectan ni el tiempo ni las circunstancias. La afirmación de Tucídides,
nacida de las experiencias de la antigua Grecia, según la cual “la identidad de intereses es el más seguro
lazo ya sea entre Estados o entre individuos”, es algo que permanece en el
siglo XXI porque para muchos diplomáticos, los únicos lazos de unión que
perduran entre las naciones son aquellos en los que hay una ausencia de todo
conflicto de intereses.
Morgentahu reiteraba que mientras la conexión
entre interés y política es perenne, la conexión entre intereses y Estado
nacional es un producto de la historia, es decir, el resultado de una realidad
en constante cambio. Se puede añadir que en muchas circunstancias el interés también
radica en no practicar políticas de dominación ni expansión. No hay una
conexión lógica, ni históricamente necesaria entre interés nacional y
agresividad internacional.
El realismo sigue incólume en el siglo XXI. Uno de
los atributos que enfatiza el interés nacional es la soberanía estatal. El Estado
es la autoridad suprema dentro de sus fronteras, por encima de cualquier
individuo o grupo. Hacia el exterior, todos los Estados, al menos formalmente,
son iguales y soberanos, razón por la cual es sumamente difícil resolver
conflictos territoriales como los de Palestina e Israel, Bolivia y Chile,
Ucrania y Rusia, China y Japón, en fin, miles de problemas, de manera que la
política exterior realista es la principal causa de la situación de anarquía
internacional.
Comentarios
Publicar un comentario